Capítulo — El primer cumpleaños de Ayden
La casa de Isabel y Fabián se llenó de colores y risas aquel domingo de septiembre. El parque, amplio y lleno de árboles, se había convertido en un mundo mágico con globos celestes y blancos, guirnaldas brillantes, serpentinas que volaban con el viento y una mesa dulce que parecía salida de un cuento. Ese día no había diagnósticos, ni sombras, ni preocupaciones: solo la certeza de que Ayden había llegado a su primer año de vida sano, fuerte, y que era, sin dudas, la mayor bendición para toda la familia.
Valente, el perro fiel, corría feliz entre los niños, dejando que lo abrazaran y acariciaran, como si también entendiera que estaba de fiesta. Julia reía mientras lo perseguía con otros chicos, llevando en la mano una bolsita con algodón de azúcar. Ella era una de las mayores del grupo, y se sentía casi como la hermana mayor de Ayden, cuidándolo y presumiendo de su primito ante todos.
No pudieron estar presentes los Martínez Montes, que hab