Capítulo — Entre pañales y promesas
La madrugada en la habitación del hospital estaba envuelta en una calma dulce llena . Ayden dormía en la cunita, apenas envuelto en su manta celeste esa que le había traído su abuelo Fabián pero les dijo claro y firme que fue Adrián que la compro,el bebé seguía tranquilo con la respiración suave y acompasada. Sofía y Adrián lo observaban como si fueran guardianes de un tesoro, turnándose para comprobar que todo estuviera bien.
El silencio se rompió con un llanto agudo, vibrante, de esos que no admiten espera. Sofía sonrió cansada, pero divertida.
—Creo que llegó el gran momento para ti, Adrián.
Él arqueó las cejas, algo alarmado.
—¿Qué momento?
—El primer pañal. —Sofía extendió la mano hacia él, con picardía—. Te toca, papi.
Adrián abrió los ojos como platos.
—¿A mí? ¡No! ¡Vos sos la doctora! Vos sabés hacer estas cosas…
—Yo seré doctora —respondió entre risas—, pero vos sos el papá y los papás también cambian pañales, amorcito.