Capítulo 13. Amor del ayer.
“… Observé a mi padre levantarse, lentamente, mirándome con ternura y una profunda sabiduría, tan propia de quien ya había vivido, se dirigió al pequeño bar de madera para servir dos whiskies en las rocas, volvió a sentarse, mojó sus delgados labios en el licor escocés para luego dejar salir de ellos.
—Más a mí favor, hijo, no puedes perderla por nadie, un amor así sólo se vive una vez en la vida y tú lo tienes a pocos pasos delante de ti, debes aferrarte a ella y no entregársela, fácilmente, no importa si están o no comprometidos. —Vi ramalazos de dolor en los grises ojos rodeados de alguna que otra arruga, los que se posaron en mí. —No caigas en el mismo error que cometí en mis tiempos de juventud— movió el vaso, permitiendo que el hielo campanee contra el cristal, tragó con algo de amargura para llenarse de valor y continuar.
—He aprendido con el paso del tiempo a amar a tu madre no me mal entiendas; ella es una perfecta esposa y madre amorosa, pero aún lloro por quien fue mi verd