A veces nuestros planes no salen como tanto los planeamos; y, sencillamente la vida se empeña en ponernos personas que se convierten en familia sin siquiera llevar tu propia sangre. Tal es el caso de Mía, una madre que hará lo imposible por darle una mejor vida a su hija, quien padece de una enfermedad congénita y le urge una intervención quirúrgica. Lo que no espera es toparse con un hombre sexy, arrogante, codicioso e imponente, y que además, es su jefe. Harry es un hombre muy exitoso y ambicioso, comprometido con una mujer muy influyente para obtener más poder del que ya tiene. Pero le sigue faltando algo aún con todo el dinero que posee. ¿Logrará alguien domar al ogro?¿Qué pasará cuando se entere de los secretos que le oculta su nueva empleada?
Leer másMía Morales
Trato de estar lista lo más rápido posible, necesito llegar a tiempo a la oficina porque hoy realizarán una selección de personal para un cliente muy prestigioso. Es mi oportunidad de obtener la vacante que tanto he esperado.
Trabajo en A&C Company, una empresa dedicada a ofrecer servicios de limpieza por todo el país; a pesar de no tener mucho tiempo trabajando en este lugar, aprendí a desenvolverme muy bien. Lo malo es que aún no logro tener un puesto fijo, únicamente cubro vacaciones o suplencias, ya que todas las vacantes se encuentran llenas.
Sin embargo, no puedo quejarme, al menos gano dinero para solventar los gastos necesarios de la casa; además, no puedo darme el lujo de quedarme sin empleo porque tengo una hija que alimentar.
Me encuentro en New York actualmente; tuve que emigrar de mi país por cuestiones económicas. Lo peor del caso, es que no pude ordenar completamente mis papeles para obtener un empleo de oficina. De donde provengo, me especialicé en Ingeniería Informática, Idiomas, Administración y además de eso, en el arte culinario.
Me encanta cocinar, tan así que es mi pasatiempo favorito. Tengo 32 años y mi hija, llamada Michelle, tiene 10 años. Su papá y yo nos separamos hace tiempo, pero mantenemos una buena comunicación. Tengo muchos planes en mente para progresar en este país, aunque primero debo comenzar a aumentar mis ingresos.
Hace poco inicié un negocio por Internet vendiendo cajas sorpresas o de regalos, para cualquier fecha recordable como cumpleaños, aniversario u otro. Al ser algo nuevo no tengo casi clientes, ansío que aumenten poco a poco.
El principal motivo por el que decidí emigrar, es porque mi hija necesita una operación muy importante, ya que nació con luxación congénita de cadera izquierda y un desvío de columna bastante considerable. Al provenir de una familia humilde no contábamos con los medios posibles para efectuar dicha transición, sin mencionar el hecho de que en este país se encuentran los mejores especialistas.
Actualmente, nos hospedamos en un departamento compartido, pero casi siempre estoy sola con mi hija, pocas veces Korín se encuentra en casa.
—¡Michelle! El desayuno está listo, cariño —exclamo con voz fuerte para que me escuche.
—¡Ya voy, mamá! —responde.
Tras un par de minutos de espera, finalmente baja y nos sentamos juntas en la mesa a desayunar.
—¿Ya preparaste todo lo que tienes que llevar? —pregunto.
—Sí, todo está guardado en mi mochila.
—Perfecto. Ya verás que todo saldrá bien, mi amor —aprieto su mano como símbolo de apoyo, hoy tiene una exposición y ha estado bastante nerviosa.
Luego de terminar nuestro desayuno caminamos lo más rápido posible hasta la escuela. Debo apresurarme para llegar a tiempo y siento que la hora no colabora conmigo, ¡va demasiado rápido!
Dejo a Michelle en la escuela y me dirijo rápidamente a la estación del metro. Luego de 30 minutos salgo de la estación corriendo, todavía me faltan algunas cuadras para llegar al edificio. Cuando estoy a punto de entrar, verifico que mi uniforme esté en perfecto estado al igual que mi cabello, no quiero causar una mala impresión.
—Buenos días, Gina —saludo con una sonrisa a la recepcionista.
—Buenos días, Mía.
Subo al ascensor y me dirijo al piso donde se encuentran todas las trabajadoras domésticas, nos saludamos y esperamos a que alguien venga a darnos alguna orden. De pronto, escuchamos que se abre el ascensor y de allí sale la señora Mónica, la jefa.
—Buenos días a todas —saluda—, como sabrán el día de hoy viene un cliente muy importante, por eso hemos seleccionado a cinco de ustedes para que pueda elegir a la que más le guste. Quiero informarles de antemano que la paga es muy buena, así que mucha suerte a todas. Las iré llamando por nombre para que me acompañen.
Ante esto, mis manos comienzan a sudar, pues espero que esta vez mi nombre se encuentre en esa lista. «Diosito, por favor te lo pido. Solo tú sabes cuánto necesito este trabajo, ¡por favor que me llamen!», hago una plegaria mentalmente.
—Mary Smith, Sofía Méndez, Selene García, Jessica Philips y… Mía Morales. Acompáñenme señoritas.
«¡Dijo mi nombre! Sí, qué emoción», —celebro—, «Gracias, Diosito», uno mis manos haciendo señas mirando al cielo. Ahora debo dar lo mejor de mí para que me den el puesto.
—Muy bien, cómo saben nuestra empresa se distingue de las demás por la forma en la que seleccionamos a las candidatas. A nuestros clientes les gusta verlas y conversar un poco antes de contratarlas. Este caso es muy especial porque la seleccionada no solamente quedará fija en la casa, sino que, además, tendrá la oportunidad de vivir en el lugar y gozar de beneficios personales, como un buen seguro médico, paga, comida y mucho más. Recuerden que casi nunca los clientes ofrecen este tipo de servicios a las trabajadoras domésticas, así que aprovechen la oportunidad que se les está brindando.
Todas asentimos. Estoy asombrada con todo lo que nos acaba de explicar la señora Mónica. Es el trabajo perfecto para mí, debo quedar sí o sí.
—Vendré a buscarlas una por una para que la señora Payne pueda conocerlas —informa.
—Muchas gracias —respondemos al unísono.
Luego de 15 minutos empiezan a llamarnos, poco después llega mi turno. Al entrar, noto que la señora es muy elegante y bonita, a simple vista se puede apreciar el status que tiene, debe de ser una persona muy importante.
—Buenos días, señora Payne. Un placer conocerla, mi nombre es Mía Morales, a su servicio —hago un acto de reverencia ante el saludo porque algunas veces a las personas que nos contratan no les gusta que las toquen, pero para mi sorpresa ella coloca su mano delante de mí y me sonríe. Ante esto, le doy un ligero apretón devolviéndole la sonrisa del mismo modo.
—Mucho gusto Mía, soy Charlotte Payne. Puedes tomar asiento —comenta con amabilidad.
—Gracias —hago lo que me dice.
—Eres muy bonita, Mía. ¿Cuántos años tienes?
—Gracias, señora. Usted igual, Tengo 32 años.
—Gracias —sonríe—. Bueno comencemos… Escuché que tienes poco tiempo trabajando en la compañía, aun así te desenvuelves muy bien en tus labores y no has tenido ninguna queja por parte de los contratantes.
—Así es, señora. Soy muy perfeccionista con mi trabajo, a pesar de ser algo nuevo para mí.
—Entiendo… Iré al grano, te haré una pregunta y quiero que pienses muy bien la respuesta.
Asiento.
—¿Por qué crees que debes obtener el trabajo?
—Bueno, señora Payne —suspiro antes de continuar—. La verdad es que actualmente todavía no tengo un trabajo fijo por falta de vacantes. Sin embargo, he aprendido a valorar el trabajo que realizo actualmente porque tengo una hija y debo velar de ella. Es lo más importante para mí; además, ella necesita una operación muy importante y deseo reunir dinero para poder costearla. En mi país, a pesar de los títulos obtenidos, la remuneración no era la indicada para cubrir todos los gastos médicos.
—¿Tienes una hija? ¿Cuántos años tiene?
—Sí, tiene 10 años.
—Y en caso de darte el trabajo, ¿con quién la dejarías?
—No podría dejarla con nadie señora, estoy sola en el país y no tengo a nadie que la cuide. Pero ella es muy tranquila, se lo aseguro, no molesta para nada y es bien portada.
—Y si te digo que no admitimos niños, ¿qué harías al respecto?
—No aceptaría el trabajo por muy bueno que sea.
Me observa detenidamente y, al notar su expresión, creo que no obtendré el trabajo; a algunos no le gustan los niños porque piensan que son un estorbo en los trabajos, de todos modos, era esencial comentárselo, así no se lleva una sorpresa.
—Muy bien Mía, es todo —comenta y el alma se me cae al suelo.
Me levanto de la mesa y antes de salir me dirijo a ella.
—Gracias a usted —sonrío amargamente—. Es posible que al saber esto no me dé el trabajo, créame, no es la primera vez que pasa. De igual modo, usted necesitaba saber la verdad y fue lo que hice. Además, no puedo dejar a mi hija en la calle por obtener un buen empleo, ni porque la paga sea muy prometedora. Le agradezco el tiempo prestado, espero que tenga un lindo día.
Y sin más, salgo de la sala de entrevistas con el corazón destrozado. Sin duda, es el trabajo que necesito, pero si no aceptan a mi hija no puedo hacer nada.
Me dirijo al piso donde estábamos antes y noto que la mayoría de las trabajadoras se han ido. Hoy debíamos venir todas por órdenes de la señora Mónica, no obstante, luego cada quien debía retomar sus actividades. Yo tengo que trabajar por la tarde, así que ya puedo retirarme.
Voy por mis cosas y tomo el ascensor, allí me topo con Elena.
—Cuéntame, ¿cómo te fue? —pregunta.
—Bien, hasta que tuve que decir que tenía una hija; ya conoces la actitud de algunos al respecto.
—¡Ufff!, entiendo. Esta gente rica se cree lo máximo porque lo tienen todo y, ¡no!, todos somos iguales. ¿Acaso piensan que no tenemos familia que alimentar? —dice un poco molesta.
—Sí, es cierto. A veces me molesta porque suponen que uno trabaja haciendo esto por gusto.
—Tal cual, amiga. —Coloca una mano en mi hombro dándome unas pequeñas palmadas—. No te preocupes, la señora Mónica encontrará algo para ti.
—Eso espero —respondo un poco desanimada.
Salimos del edificio y cada una toma un camino diferente.
Al llegar a casa, me quito la ropa y comienzo a acomodar el desastre que dejé antes de salir. Estoy sola porque Michelle continúa en la escuela, debo ir por ella más tarde.
Luego de limpiar y acomodar, tomo un baño y me arreglo para ir a buscar a Michelle; ella se queda en casa mientras yo trabajo. Dejo todo organizado para que no le falte nada, así se concentra en sus tareas hasta que yo llego por la noche. Es muy lista y siempre me mantiene al tanto de todo.
Cuando estoy por salir en su búsqueda comienza a sonar mi teléfono, al ver la pantalla me doy cuenta de que es de la empresa, así que respondo inmediatamente:
»Sí, buenas tardes.
»Hola, Mía. Es Mónica.
»Hola, señora Mónica. ¿Qué tal está?
»Muy bien. Te llamo para decirte que la señora Payne te aceptó para el trabajo, mañana debes venir a firmar el contrato e iniciar a trabajar. ¡Felicidades!
»¿De verdad? —pregunto a punto de derramar unas lágrimas de felicidad—. ¡No sabe lo feliz que me hace!
»Yo también estoy muy contenta Mía, te has esforzado mucho y personalmente quería que te eligieran. Hoy no vayas a trabajar, ya te asignamos un reemplazo. Necesitamos que acomodes tus cosas porque recuerda que deberás mudarte a la casa con todas tus pertenencias. Es lo único malo, no tendrás mucho tiempo para tener listo todo.
»Tranquila, no hay problema por eso. Igual yo no tengo nada aquí, solo un poco de ropa y una que otras cosas fáciles de empacar. Mañana estaré en la oficina. ¡Muchas gracias!
»Muy bien, nos vemos mañana entonces.
»Sí, ¡adiós! —cuelgo dando saltos como loca.
¡Qué emoción! Estoy tan contenta. Ahora a aprovechar este trabajo… Una nueva vida, un nuevo inicio, veamos qué pasa…
Cuatro años después Zack Mi vida dio un giro 360° desde que conocí a Korín. Vivimos situaciones muy difíciles en las que llegué a pensar que no encontraría nunca la felicidad, pero mi fierecilla cambió mi forma de pensar. Desde el primer día que supe que estaba viva no me he separado ni un momento de ella. He sido tan feliz desde ese día que a veces me resulta irreal que ella sea mi esposa adorada, esa que me espera en casa con mis pequeños retoños y me recibe siempre con una sonrisa en el rostro. Brandom tiene 3 años y Alexa está por cumplir 2 años. Ambos son los niños más hermosos que he visto jamás, y por supuesto son mis hijos adorados. Mi madre y hermana ahora pasan más tiempo en casa compartiendo con ellos, están muy emocionadas porque la familia Black continuará con el legado que hemos forjado con mucho esfuerzo. Korín dejó el trabajo para quedarse en casa a cuidar a los niños, dice que nadie los cuidará como ella y tiene razón. Es una madre excepcional y dedicada por
Korín Desde que aparecí por aquella puerta que cambió mi vida, Zack no se despega de mi lado. En aquel momento, duré dos años fuera del alcance de mi familia, ellos me creían muerta mientras yo me debatía entre la vida y la muerte durante el primer año. Después del rescate de Zack, lo último que recuerdo son las balas que impactaban contra mi chaleco. En ese instante me di por muerta, pero afortunadamente un campesino me rescató a pesar de que mi pulso era muy débil. Se trataba de una persona que vivía cerca de la bodega y al escuchar la explosión y ver el derrumbe, acudió a verificar de qué se trataba y si había algún sobreviviente. Él no tenía idea de quienes eran las personas que ocasionaron la explosión, solo fue a cumplir con su deber de cuidado. Para mi sorpresa, era un ex militar jubilado, así que tenía experiencia en el área. Intentó ayudar a dos compañeros más, pero murieron antes que yo. En mi caso, sacó todas las balas de mi cuerpo y las selló como pudo. Además, me dio m
Dos años más tardeZackHan pasado dos años desde la última vez que todos nos enteramos de la noticia más triste que hemos vivido; la muerte de Korín. En este tiempo, la vida de todos ha cambiado en gran manera. Mía y Harry siguen juntos, dándose amor y cariño en todo momento. Aunque no todo es color de rosa, en algunas ocasiones tienen discusiones tontas, pero nada que su amor no pueda soportar. Están planeando tener otro hijo muy pronto; Harry muere por llenar la casa de niños, pero Mía solo accedió a uno más, así que le tocó aceptar la decisión de su amada esposa. El pequeño Ethan ya tiene dos años y Michelle catorce. Ambos crecen rápidamente, tanto, que Harry en más de una ocasión ha tenido que ir a la escuela a poner en orden a algunos chicos que están detrás de su pequeña. Llegan a su casa a buscarla y ella se esconde detrás de la espalda de su padre Harry quien no duda en echarlos. Estas escenas en varias ocasiones le causan mucha risa a Mía, Grace y Tom, pero no sé lo hacen s
ZackCuando mi madre sale, él se coloca a un lado de la cama y respira profundo. Camina hasta la ventana y me pregunta: —¿Cómo te sientes? —Ahora que está usted aquí, no muy bien. —Entiendo. Pero sabes, Zack, deberías estar agradecido conmigo por haberte traído a este lugar en vez de dejarte tirado en esa pocilga. —¡¿Qué?! Sonríe. —¿No lo sabías? —No, nadie me comentó nada. —Me alegra saber que cumplieron con su palabra —mete sus manos en los bolsillos de su pantalón y prosigue: ¿Tienes alguna pregunta por hacer? Estoy aquí para responder a todas tus inquietudes. Me quedo callado por un momento analizando la situación. ¿Por qué está él aquí y no Korín? —¿Cómo…? —¿Que cómo te sacamos de ese lugar?—Sí. —Bueno ese mérito no me lo gané yo, sino, Korín —gira a verme. —No puede ser, ella… ella… me abandonó. Me dejó tirado en la cárcel. Se fue cuando más la necesité, ¡así que no voy a creer esto que me dices!Sonríe. —Zack, ¿de verdad crees que Korín te dejó tirado en prisión?
ZackAbro los ojos lentamente hasta que mi vista se adapta a la luz que inunda la habitación. ¿Dónde estoy?, me pregunto. Trato de levantarme y me doy cuenta de que tengo el cuerpo lleno de cables y agujas en los brazos. Pero, ¿qué...? De pronto todos los recuerdos llegan a mi memoria como una grabación en reproducción. ¡Estoy vivo! —¡Oh, mi Dios! ¡Despertaste! ¡Al fin! Corre a abrazarme y comienza a darme besos por doquier. Siento mi cuello húmedo y la escucho sollozar; hasta yo comienzo a imitar su llanto, porque no puedo creer que me encuentre rodeando sus brazos en estos momentos. Estoy tan emocionado por verla de nuevo, pensé que jamás volvería a hacerlo. —Cariño, me diste un susto de muerte. Estaba preocupada por tí, pero sabía que despertarías pronto. Todos han estado muy atentos a tu estado de salud. Estas semanas han sido un completo infierno. Ni te imaginas. —¿A qué te refiefes con semanas? —la interrumpo.—Mi niño, duraste cuatro semanas inconsciente. El doctor no nos d
KorínEs la primera vez que me encuentro tan ansiosa en una misión. Seguramente es porque el implicado es Zack. Solo espero que Fernando continúe creyendo que Jessica soy yo para que todo salga como lo planeamos. Tengo el teléfono en mis manos y camino de un lado al otro esperando que mi tío me devuelva la llamada, pero aún no lo hace. Zack, aguanta un poco más, por favor. Ya voy por ti, juro que si resistes yo me iré y te dejaré en paz. No quiero que vuelvan a hacerte daño por mi culpa, no lo resistiré. La ansiedad me come por dentro, no sé en qué estado lo encontraré y eso se siente cada vez peor. Debí alejarme de ti cuando pude y no lo hice por mi estúpido egoísmo, ahora es demasiado tarde. Estoy segura de que cuando te libere no querrás volver a verme, ni siquiera me dejarás acercarme a ti, y es entendible. Dejaré de ser egoísta para que tú estés bien, te lo prometo. Mientras doy vueltas en círculos, mi estómago ruge por hambre. ¡Rayos! Ya me está pasando factura estos días sin
Último capítulo