Capítulo 86

Zack

Cuando mi madre sale, él se coloca a un lado de la cama y respira profundo. Camina hasta la ventana y me pregunta:

—¿Cómo te sientes?

—Ahora que está usted aquí, no muy bien.

—Entiendo. Pero sabes, Zack, deberías estar agradecido conmigo por haberte traído a este lugar en vez de dejarte tirado en esa pocilga.

—¡¿Qué?!

Sonríe.

—¿No lo sabías?

—No, nadie me comentó nada.

—Me alegra saber que cumplieron con su palabra —mete sus manos en los bolsillos de su pantalón y prosigue: ¿Tienes alguna pregunta por hacer? Estoy aquí para responder a todas tus inquietudes.

Me quedo callado por un momento analizando la situación. ¿Por qué está él aquí y no Korín?

—¿Cómo…?

—¿Que cómo te sacamos de ese lugar?

—Sí.

—Bueno ese mérito no me lo gané yo, sino, Korín —gira a verme.

—No puede ser, ella… ella… me abandonó. Me dejó tirado en la cárcel. Se fue cuando más la necesité, ¡así que no voy a creer esto que me dices!

Sonríe.

—Zack, ¿de verdad crees que Korín te dejó tirado en prisión?
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