Agus tomo mi mano y la apretó un poco, su mirada me decía que no debía meterme en lo que el pensaba hacer, le regrese la mirada y sonreí, retrocedí y le cedí el paso con un ademán, me devolvió la sonrisa y luego se puso seria mirando a Alberto.
—¡No sé que pasa contigo Antonio! ¿Creo que no entiendes el español? Mi esposa te hizo un aviso y supuse que te había quedado claro, no te das cuentas que cada acción tiene una repercusión, no es mi culpa que el maní que tienes por cerebro no te ayude a pensar.
— ¿Qué consideras que eres? No eres más que el juguete que entretiene a la señora Montgomery, cuando se aburra de ti hara lo que todos hacen ¡Tirarte como la basura que eres! Ella se dará cuenta de que no vales nada ¡Maldito bastardo!.
—¿Cómo puedes estar seguro? ¿Y si eso no pasa? ¿Dime que puedes hacer? No me creo nada porque lo soy, algo que tú hubieras matado por ser, pero tu niñería y estupidez te gobiernan, tú y tu madre creyeron lanzarme a una vida miserable, ahora que ven que no