Dorian se vestía de no muy buen humor. Su ceño estaba fruncido y había una mueca que desfiguraba sus hermosas fracciones.
-¿Y entonces? Mi esposa vino, pero se quedó en el auto. No subió a ayudar a su esposo que acaban de darle el alta después de un accidente de tránsito.
Una gota de sudor corrió por la sien de Leon. Dorian tenía muchas facetas de personalidad y actuaba como quería en su vida, y una de ellas que poco conocían era que era sumamente caprichoso. Y si no obtenía lo que quería siempre le tocaba a él escucharlo protestar por bastantes horas. Como era el caso ahora.
-Recuerde por favor lo que hablamos ayer. Y Elena es su esposa, pero es una persona. Si la asusta puede salir huyendo.
Dorian, que se vestía dándole la espalda lo miró por encima del hombro.
-Si ella huye de mí, solo debo ir detrás de ella y encontrarla.
La forma en que lo dijo hizo tragar en seco al secretario. Dorian podría parecer un hombre fácil de tratar, pero la realidad es que era alguien totalmente impred