A la mañana siguiente, tal como se había acordado, Lilian llegó más temprano a la sede central para asistir a la reunión de seguimiento sobre los detalles técnicos del proyecto. Aunque trató de mantenerse serena, su mente seguía perturbada por lo ocurrido el día anterior. Cada vez que recordaba cómo Daryl la había defendido delante de todos, sentía que algo no encajaba.
—¿Por qué hizo eso? —se preguntaba en silencio.
Tras una breve reunión con su equipo interno, Lilian fue llamada a la sala de discusiones en el cuarto piso. Allí encontró a Daryl ya sentado, acompañado de dos de sus altos ejecutivos.
—Por favor, tome asiento —dijo uno de ellos.
Lilian asintió y se acomodó en la silla frente a ellos. La reunión transcurrió de manera formal: reparto de tareas técnicas, ajustes en el calendario y coordinación entre áreas. Todo parecía normal, pero Lilian sabía que era una ocasión poco frecuente.
Cuando la reunión terminó y los demás comenzaron a salir, ella deliberadamente demoró en recog