A las 15:00, el ambiente en el vestíbulo principal de la empresa de Daryl era de una actividad constante. Algunos empleados iban y venían cargando carpetas, otros salían de las salas de reuniones, y no faltaban quienes aguardaban su turno para ser llamados.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Daryl salió con paso firme. Su figura erguida, envuelta en un traje gris, atrajo de inmediato todas las miradas. Algunos empleados bajaron la voz al verlo, mientras que otros se limitaron a saludar con una leve inclinación de cabeza.
Su secretaria se acercó con una sonrisa dirigida hacia él.
—Buenas tardes, señor. El equipo de gestión ya se ha reunido en la sala de juntas del tercer piso. Están esperando sus indicaciones.
Daryl asintió brevemente.
—Está bien. Subiré ahora.
Se encaminó hacia la sala de reuniones. Desde fuera, su rostro se mostraba firme y controlado; sin embargo, su mente no estaba del t