[ZAED]
Dos semanas después
Milán amanece con su ritmo habitual, en los que el cielo parece un velo pesado que aplasta la ciudad, y aun así, dentro de mi pecho hay un temblor distinto, uno que no sé nombrar del todo. No es solo miedo. No es solo expectativa. Es algo más… algo que nunca había sentido antes.
Alya casi no ha hablado desde anoche. Se vistió en silencio, desayunó en silencio, me tomó la mano en silencio cuando salimos del departamento. No es un silencio frío. Es un silencio lleno de memoria. El tipo de silencio que carga fantasmas.
Sus dedos tiemblan en mi mano mientras caminamos por las calles empedradas. Trato de apretar su mano un poco, de transmitirle algo de fuerza, de hacerle saber que no está sola. Ella no me mira, pero sé que lo siente. Con Alya, siempre lo he sabido.
La clínica aparece entre dos edificios antiguos, con un cartel discreto. Entramos y el sonido de la campanilla retumba como si hubiéramos cruzado un portal. La recepción es blanca, demasiado blanca, c