"¿Qué pasa contigo Ellie?" —se cuestionaba confundida, mientras estaba en la cama boca arriba mirando el techo de su habitación.
Y es que tan solo recordar la forma en que Sandro miraba aquella chica, sentía que su sangre hervía, quería creer que era porque tuvo que dejar a Josías por casarse con Sandro, pero si imaginaba a Sandro con otra mujer sentía querer morir de enojo y esa era la razón de su confusión.
Se giró y miró a Hades y le dio un golpe: —Te comportas como un idiota, Sandro —dijo con suavidad, para luego abrazar al peluche.
Lo más triste que Ellie la acogía, era no tener con quien platicar de sus problemas o preocupaciones, su mejor amiga no estaba y no sabía cuándo regresaría de su viaje de intercambio, por lo pronto, debía conformarse con expresarle a Perséfone su sentir y golpear a Hades por lo que Sandro le hacía.
Al amanecer, Ellie se levantó y bajó a buscar algo de desayunar, encontrándose así con una mujer de unos treinta y ocho años, de nombre Nita, la empleada