Eva y Alejandro no se separaban en ningún momento, pero sí tuvieron que hacerlo cuando Martina le pidió ayuda a Eva para ir a preparar un poco de café y darle espacio a los caballeros, para que hablaran de la complicada situación que tenían frente a ellos.
- Eva… Hija, he visto que tú y Alejandro… -dijo Martina sin saber cómo completar la oración.
- Pregúntalo, madre, ¿Qué Alejandro y yo, qué?—dijo Eva sin pelos en la lengua.
- Pues, anoche, te perdimos y te anduvimos buscando, pero solo hasta hoy pudimos localizarte…
Solo te pido que tengas cuidado con él… No niego que en un principio me pareció encantadora la idea, pero Alejandro es mucho mayor que tú y además…
Pues no tiene un buen historial por lo que me han contado. -dijo Martina sin conocer toda la historia detrás.
Alejandro podía ser considerado un mujeriego; sin embargo, su corazón solo latía por una única mujer y esa era… Eva Díaz.
Mientras la madre y la hija conversaban, en el estudio estaban Sebastián, Demian, Alejandro y