Sebastian y Martina fueron los primeros en llegar a la mansión de los Monroy, los acompañaba el abogado de Alejandro.

Minutos después, Alejandro en compañía de Eva, descendía del auto y caminaban hacia dentro de la propiedad.

- Alejandro, ¿Qué opinas de todo esto? ¿Crees que mi padre tenga severos problemas? – dijo la chica preocupada.

- Ven aquí, tu no debes preocuparte por nada, yo estaré al pendiente de tu padre e investigaré hasta el fondo de todo esto para poder dar con la verdad. – dijo el hombre mientras abrazaba a la mujer que tenía frente a él.

- De verdad… No sé cómo agradecerte que hayas ayudado a mi padre y que, de igual manera, estés ayudando a mi amiga… - Ellos son muy importantes para mí.

- ¡Lo sé! Y es por ello por lo que no quitaré el dedo del renglón, te prometo que todo saldrá bien. Te prometo que buscaré hasta el fondo de asunto con el tema de tu papá…

Eva sintió una extraña calidez, nunca, nadie, nadie había hecho algo así por ella, o tal vez, simplemente no se hab