El tiempo pasa demasiado lento cuando quieres que algo llegue, demasiado rápido cuando quieres que algo no se vaya. Así había sido para la familia Monroy y la familia Mendoza, pues en un abrir y cerrar de ojos, ya habían pasado 3 años.
Con todo el dolor de sus corazones, hoy los pocos integrantes de ambas familias, estaban reunidos en aquellas tumbas vacías que habían colocado en el cementerio para por lo menos tener donde venir a llorar y platicar.
Mientras eso sucedía en México, en Rublyovka, ubicada en los suburbios occidentales de Moscú, se encontraba una feliz familia adornando la sala de estar con alegres y coloridos adornos navideños.
La familia estaba compuesta por Sergei Volkov, el patriarca de la familia y hombre muy adinerado en esa zona, su esposa, María Volkova, madre de 2 bellas hijas y 1 pequeño bebé; Svetlana Volkova, de casi 13 años, Galina Volkova, de casi 11 años y el pequeño Ivan Volkov, de menos de un año.
Mientras su familia adornaba diligentemente la sala