Luego de que Eva descendiera del auto, Sergio coloco su brazo para conducirla dentro del restaurante, el hombre se notaba que era conocido en el lugar, aunque todas las miradas se enfocaban en la chica, para quienes conocían a Sergio Carrasco, sabían que la chica era posiblemente una más en su larga lista de conquistas.
Eva desconocía la fama de aquel casanova, lo que, si sabía, era que entre ella y él, había una extraña familiaridad.
- ¡Señor Carrasco! ¡Bienvenido! ¡Adelante!
Eva lo miró, levantó una ceja y dijo:
- ¡Eres muy popular!
- ¡Qué te digo! Tengo mis encantos… - Dijo Sergio sonriendo encantadoramente.
- Seguramente, aunque yo no los veo… - Dijo Eva con ironía.
Sergio hizo los ojos chiquitos y dijo:
- Podría cortejarte y ahí es donde descubrirías que soy un encanto.
- ¿Perdón? - Dijo Eva sorprendida.
- ¡Olvídalo! – Dijo Sergio mientras jalaba la silla para que Eva se sentara.
- Mmm…
- Anda… Escoge lo que te apetece, desayuna y comer… - Dijo Sergio, señalando con la mirada la c