Alejandro por primera vez, experimentaba la sensación de tener a su hijo en brazos, su cuerpo era cálido y pequeño, aquello, le producía una extraña sensación de tranquilidad que no había experimentado en mucho tiempo.
No lo había querido decir, ni pensar, pero ese niño era una copia exacta de él, su cabello, sus ojos, su color de piel, no había nada que no fuese él en pequeño. De pronto sintió un enorme hueco en el pecho, él jamás había convivido con niños, es más, no era fan de tratar con ellos, pero, ver como su hijo se mostraba tan maduro, le daba una dura lección.
Augusto había tenido que madurar muy rápido y en ese proceso, su padre había influido, no sabía cuántas cosas se había perdido. Él deseaba regresar el tiempo a ese maldito día, donde todo se fue al carajo, él deseaba no haber dejado a Eva en el apartamento, deseaba haber aclarado sus celos, sus dudas, deseaba haber cambiado el boleto de avión de Alana por ella.
No supo en qué momento, pero mientras su hijo dormía aferrad