La tensión era un hilo que podía romperse con una sola palabra, un solo suspiro.

Cassian la tomó del brazo sin ser brusco, llevándola a la habitación que compartían ambos. La puerta se cerró de golpe detrás de ellos, el estruendo se extendió por la habitación como un presagio. Katherine dio un paso atrás con el corazón latiendo con fuerza, intentó apartarse pero aún así podía sentir la presencia invasora del Alfa, justo detrás de ella, al igual que sentía todavía la adrenalina del golpe que acababa de dar a Cael. Sus manos temblaban, no solo por el esfuerzo físico, sino por la sensación eléctrica que la recorría desde que Cassian la había acompañado hasta allí.

Cassian permaneció inmóvil unos segundos, de pie frente a ella, respirando con calma, pero con una quietud peligrosa. Sus ojos eran verdes como las esmeraldas que tanto le gustaban, cargado de advertencia. Katherine sintió un escalofrío recorrer su espalda como un presagio de que algo estaba a punto de pasar, en su interior lo