Abby notó la voz grave de Helena, la conocía bien, cuando ponía esa cara y hablaba de esa forma las cosas no estaban del todo bien, era evidente que algo le iba a soltar.
— ¿Sucede algo? — Preguntó con cuidado, intuyendo que no le había ido bien a solas con Vasil.
Helena inspiró profundo, abrió la boca para contestar, pero era demasiado cruel desbaratarle a Abby el castillo de naipes que se había creado en la cabeza. No sabía cómo comenzar, hizo dos intentos, pero no se atrevió, mejor seguía la corriente y ya luego vería.
— ¿Entonces? — Insistió la rubia esperando a que soltara una bomba.
— Nada, solo creo que estás haciendo un gran trabajo con la elección de todo el mobiliario.
Abby sonrió, pero esa sonrisa no llegó a sus ojos, lo dejó pasar, pero sabía que hab&iacut