Los otros lobos de la manada no tardaron en llegar, armados hasta los dientes y a borde de los todo terreno.
— Listo, ¡Vámonos! — Anunció Paul, el jefe de la operación de rescate.
— ¡No! Aún falta Otsana, está mal herida en el bosque, búsquenla pronto, hace mucho frío — ordenó Vasil quien ya lucía su forma humana y se había cubierto con ropas que le habían traído.
— Señor, eso no será posible, Otsana ha sido capturada por un par de soldados de las Garras Sangrientas, no hay nada que hacer… — Paul bajó la mirada, pesaroso.
— ¿Están completamente seguros de eso?
— Absolutamente señor, se lo dijo al chico… el pobre está destrozado… habían imprimado hace muy poco…
— Lo sé… ¡Esto hay que arreglarlo, de alguna manera! — Vasil se negó a creer que una guerrera tan buena y antigua como Otsana cayera tan fácilmente en las garras de esos tipos.
— Señor, ella se despidió de él y le mencionó el código — Paul aclaró.
— Entonces trataré de encontrarla.
Vasil cerró los ojos y comenzó a buscar