Eros
Nadina se puso muy pálida, la cargué, le di un beso en la frente, salí con ella para llevarla a la clínica de Alex. Fernanda se despidió de la agente, a mí se me pasó. Fue descortés el no despedirme de ella, en el momento en que vi a la madre de mis hijas palidecer nada fue más importante.
Reconozco que sentí muchos celos y de no ser por mi tía que me encontró de camino y se plantó firme, en este momento le estaría reventando la cara al Andicito ese. Luego escuché cuando ella lo llamó y le dijo las palabras que me devolvieron los sentidos y la cordura. Saber que su intento de besarla fue fallido, escucharla decirle que se apartó, no se lo permitió me agradó mucho.
Lo mejor fue escucharla decir que quería quedarse sola, si le daba por tener compañía me escogería a mí por ser padre de sus hijas y sobre todo porque seguía amándome. Yo sabía que mi Divina estaba ahí adentro; controladora, egoísta, intensa, pero así la amaba, también tenía una larga lista de cualidades las cuales me h