Mis familiares me miraban y ante mi desesperación mi cuñado habló.
—Saldrán bien.
No dije nada, mi hermanita tomaba mi mano, sonó el celular, era Leonardo, se lo entregué a Santos, quien se alejó para hablar, lo vi hacerle señas a David.
—Maco, si llegamos a perder a Deacon… Adara se muere.
—Ese bambam estará muy bien. Emmanuel dijo: si llegaba a adelantarse el parto, el peso del bebé le permitiría aguantar. Por mucho sería un bebé canguro. Deja ese pesimismo, lo único bueno de todo es que en la triple boda ustedes tendrán a mi sobrino cargado. —Le di un beso en la frente. Nos abrazamos.
—Gracias por estar aquí.
—Te cuento un secreto, por favor no le digas a Santos. Ese será uno de los regalos de bodas.
—No salgas con algún regalo obsceno, qué, aunque sé la intimidad entre esposos no quiero esos detalles en mi mente de lo que hace mi hermanita. —recibí un manotazo.
—¡Idiota! —Luego me abrazó, en un susurro, dijo—: vas a ser tío.
—¡¿En serio?!
—¡No hagas escándalo! Con esa cantaleta to