La vida podría cambiar de un momento a otro y Ciara era testigo de ello. Sin un hogar y con una bebé en brazos, desesperada por encontrar una salida para sus problemas termina aceptando la ayuda de un completo desconocido. La aparición de un hombre que comienza a mover su mundo, a despertar emociones que creía no volver a sentir pero con ese miedo intenso a que vuelvan a jugar con ella la hacen dudar y a cuestionarse todo. ¿Podrá Ciara superar sus traumas y darse otra oportunidad? ¿Encontrará ella su arcoíris después de la tormenta? Entra y descúbrelo por ti mismo.
Leer másCon las manos temblorosas tomó la pequeña prueba de embarazo, llevó la mano a su boca ahogando el sollozo que emitió al ver las dos líneas que cambiarían su vida por completo.
«¿Ahora qué voy a hacer?» se preguntó, hacía dos semanas había terminado la relación con su novio y no quedaron en buenos términos, lo descubrió siéndole infiel con su mejor amiga.Se dejó caer al suelo sintiendo la tibieza de sus lágrimas deslizarse por sobre sus mejillas, se llevó la mano a su vientre como si pudiese sentir la presencia de un nuevo ser. Las consecuencias que acarreaba un embarazo inesperado empezaron a pasar por su mente, imaginando la reacción que tendrían sus padres.«Quisiera morirme» deseó para sus adentros, no queriendo pasar por el momento de revelarles la noticia a su familia, quienes eran demasiado conservadores y desde que entró a la pubertad recibió advertencias sobre si algún día llegaba a salir embarazada sin antes haberse casado.Abrazó sus rodillas mientras seguía emitiendo un llanto silencioso, no quería que nadie la escuchara y preguntara por lo que le sucedía. Sentía que su vida había terminado en ese momento, veía alejarse su tan anhelado título universitario, su carrera profesional y todo lo que había planeado para su futuro.Las horas pasaron y ella seguía sentada sobre el helado piso de su baño, sentía sus piernas entumecidas, su garganta ardía al igual que sus ojos, su cabeza quería estallar del dolor y las ganas de vivir eran nulas.Se levantó como pudo y caminó hasta el lavamanos, abrió el grifo y dejó que el agua cayera sobre sus manos para pasarlas por su rostro, el cual estaba hinchado y enrojecido por todo el tiempo que estuvo llorando. Sacudió su nariz y se vio una última vez en el espejo para por fin salir del baño.Se acercó a su closet y entre su ropa escondió la prueba, la desecharía mañana que fuera a la universidad, se dejó caer en la cama y se hizo una bolita, queriendo que todo aquello sólo fuera una pesadilla y que al despertar nada de aquello fuera real. Su corazón aún ardía de dolor por la infidelidad de su ex novio, no sólo por la traición sino por su descaro, no tuvo ninguna consideración para con ella y se pavoneaba frente a toda la universidad con su nueva conquista.No tenía ninguna esperanza en que la apoyara con su situación, lo más probable era que se desatendiera y negara al bebé. Después de todo hacía un mes desde la ultima vez que estuvieron juntos. Pero para ella no había dudas de que fuera el padre, sólo había estado con él.Unos suaves golpes en la puerta la sobresaltaron, enterró la cabeza en la almohada y se hizo la dormida, sintió como abrieron la puerta y los pasos acercándose a la cama.—Ciara, cariño —reconoció la voz de su madre a poca distancia —¿estás dormida?No contestó y su madre no siguió insistiendo, pronto se marchó de la habitación dejándola sola en su agonía. Quería desaparecer, miles de ideas se cruzaron en su cabeza para deshacerse del problema.«Si tan sólo hubiese una manera» pensaba mientras tocaba su vientre, apretándolo con fuerza y odiando al ser que albergaba. Esto había cambiado todo en su vida, no estaba lista para ser madre, no sentía amor hacia los niños y mucho menos le agradaba la idea de renunciar a todo lo que deseo y anhelo por criar a un hijo.Esa noche no logró dormir ningún minuto, sus ojos ardían y el cansancio se asentaba en su rostro. Se levantó de la cama cuando el alarma sonó avisando que era momento de levantarse, si ganas se arrastró al baño para darse una ligera ducha, maquilló su rostro tratando de ocultar las bolsas bajo sus ojos.—Tranquila, Ciara, todo saldrá bien —se dijo frente al espejo, tratando de encontrar paz en medio de la tormenta que comenzaba a desatarse.Buscó la prueba y la metió a su bolso, salió de la habitación y a prisa bajó los escalones, no quería encontrarse con nadie de su familia, ignoró el llamado de su madre y pasó directo a la puerta de entrada. Quería llorar, soltar un grito desgarrador y sacar todo lo que llevaba dentro, me estaba ahogando de dolor y ver a su ex novio de la mano con su nueva conquista no ayudaba en nada. Trató de serenarse y pasó de largo, sintiendo algunas miradas del grupito de amigos de los mencionados.«Maldita la hora en la que me fijé en Benjamin» pensaba mientras avanzaba, se refugió en un sitio solitario, no deseaba entrar a la clase. Lo único que quería era estar sola, lejos de todo lo que la atormentaba pero para su desgracia su mayor tormento estaba dentro de ella.—¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? —susurraba para ella misma, su pierna derecha no paraba de temblar de la ansiedad que le producía la situación.Se puso recta cuando escuchó a alguien acercarse, se relajó al ver a Amber, su amiga, caminando hacia ella.—Hola —se acercó para saludarla con un beso en la mejilla —te vi venir hacia acá, ¿estás bien?Ella negó con la cabeza, sin poder resistir más sus ojos se aguaron y fue en cuestión de segundos para que las lágrimas salieran de sus ojos.—Sabes que no, ¿cómo pudo hacerme esto? Yo lo amaba —el dolor ardía en mi pecho, la decepción que traía una traición era increíblemente dolorosa. Todo lo que pensabas de una persona resultar ser tan falso, cuando idealizas a alguien que sabes que terminará haciéndote gran daño. Ciara se sentía tonta por haber caído en todas las mentiras de él.—Es un patán, cada que lo veo me dan unas ganas de... —Amber apretó fuertemente sus manos en un puño haciendo una rabieta —lo odio, a él y a la insípida de Amelia.—Creí tan ciegamente en él cuando me decía que sólo era su mejor amiga.Las múltiples discusiones que tuvieron por la relación tan unida que tenía con Amelia vinieron a su cabeza, al final no estaba tan loca como él solía decirle.—No es tu culpa, Ciara, sólo confiaste en una persona que no tiene valores morales.No, Benjamin en ningún momento pensó en ella y lo demostraba a cada momento.Luego de la conversación con su amiga terminó yendo a clase, pasó toda la mañana pensando en la manera que le diría a su ex novio que esperaba un bebé suyo. Nada parecía una buena idea, después de todo lo acontecido lo último que quería era hablar con él pero no le quedaba más opción.Cuando salió de su último clase y caminaba por los pasillos lo vio a él guardando sus cosas en el casillero, estaba sólo y supo que era una buena oportunidad para hablar con él. Apresuró su paso y con su corazón latiendo a mil se detuvo a unos pasos, el aroma que una vez amó sentir ahora sólo le provocaba náuseas.—¿Podemos hablar? —preguntó con su voz firme, él se volteó y alzó una de sus cejas hacia ella.—Ciara —sonrió de medio lado, mirándola de arriba abajo —¿qué se te ofrece?—¿No oíste? Quiero hablar contigo.—¿Qué cosa? Porque si es otro de tus reclamos no quiero oírlos.Ella soltó un bufido y negó con ls cabeza.—Créeme que sino fuera importante no estuviera perdiendo mi tiempo buscándote.Él cerró el casillero y asintió, con un gesto en la cabeza le indicó que lo siguiera. Se detuvieron en un pasillo solitario y alejado del ojo público.—Bien, ¿qué es lo que quieres hablar?Con las manos temblorosas sacó de su bolso la prueba de embarazo, él bajó la vista al objeto e hizo un gesto de burla.—Estoy embaraza y el bebé es tuyo.Ciara esperó cualquier reacción menos la estridente carcajada que soltó, su rostro denotaba burla absoluta.—No pienses que voy a creer que ese bebé es mío, Ciara.—¿Qué? —su voz se rompió —¿Qué estás diciendo? ¡Claro que el bebé es tuyo!—No voy a caer en un juego tan viejo. Ese bebé no es mío.—Sólo he estado contigo y lo sabes, no me hagas esto Bejamin. Esto es algo que los dos hicimos y no es justo que sea sólo yo quien tenga que lidiar con este problema.—No me interesa nada, Ciara. Es tu problema, no el mío —sacudió su cabeza —no me busques más por este asunto, no soy el padre del bastardo que tienes dentro.Se dio la vuelta caminando lejos de ella, dejándola con su mundo más roto que antes, sintiéndose pisoteada y miserable.Con el corazón más roto que antes se encaminó de vuelta a casa, tomó el bus y sentó en los últimos asientos, desvió la mirada hacia la ventana. Conocía su destino, su familia no era acaudalada y los recursos no les daban para criar una criatura y al mismo tiempo estudiarla. Tampoco harían el esfuerzo para ayudarla, si pensar era demasiado conservador y no tendría ni el apoyo moral de su madre.Se limpió cualquier rasgo de llanto y bajó en la parada cerca de su casa, a paso lento caminó por la calle y hasta entonces se fijó en las mujeres embarazadas y con niños de su vecindario.«No es lo que quiero para mi»Abrió la puerta de su casa y su madre la abordó en la entrada, pidiéndole que la ayudara a poner la mesa, su padre estaba a cinco minutos de llagar. Dejó el bolso en uno de los sofás de la sala y se apresuró a ayudarle a su madre.Su padre no tardó en llagar y sentarse en la mesa, la comida no pasaba de su garganta y su mirada permanecía perdida.—¿Te sucede algo, Ciara? Te noto demasiado ausente.—No, es sólo que tengo demasiado trabajo de la universidad.Su madre asintió conforme con su respuesta, al terminar le pidió que le ayudara con los platos, no queriendo llevarle la contraria obedeció.—¡Esta niña! —se quejó su madre al ver que había dejado el bolso en el sofá, molesta lo cogió y sin esperarlo todas las cosas cayeron al suelo. Su esposo la miraba atento en tanto recogía todo, de pronto su rostro se puso en blanco al descubrir la pequeña regla que aún marcaba las dos líneas.—Tu hija está embarazada —declaró el hombre llenándose de ira—No puede ser —la mujer se levantó sosteniendo la prueba en sus manos—¡Ciara!La susodicha soltó el plato que sostenía en su mano y apuñó fuertemente sus ojos recordando su grave error al dejar el bolso en el sofá, no pudo seguir resistiendo al nudo en su garganta y soltó el llanto, su vida no podría ir peor, no sabía que karma estaba pagando para sufrir tanto.Se dio la vuelta y se encontró con sus padres que se acercaban furiosos con la prueba en mano, la primera en acercarse fue su madre quien alzó su mano y la dejó caer con fuerza en su mejilla.—¡Eres una...! —No terminó la frase y sólo se hizo a un lado para que su esposo le diera otra cachetada enrojeciendo el rostro de Ciara, quien sollozó más fuerte ante el dolor físico.—¡¿Es así cómo nos pagas?! ¡Eres una malagradecida! —comenzó a decir su madre.—Te dije que el día que salieras embarazada te irías de esta casa, ahora mismo tomas tus cosas y te largas de aquí. No toleraré que mi hija sea una cualquiera, enfrentarás tus consecuencias sin arrastrarnos a nosotros —la señaló mirándola de una manera que jamás lo había hecho. Con desprecio —No quiero ver tu cara, tampoco quiero que vuelvas aquí, no te vamos a ayudar en esto y tampoco seguiremos pagando tu educación.—Papá... —No la dejó terminar y se dio la vuelta saliendo de la cocina.—Eres una vergüenza, Ciara.—Mami, por favor, ayúdame —pidió entre sollozos.—Vete y olvida que esta es tu familia —la tomó fuertemente del antebrazo jalándola hacia afuera, Ciara no tenía ni fuerzas para negarse, lo único que hacía era llorar ante todo aquello que la abrumaba y que la superaba. Su madre abrió la puerta y la sacó afuera, haciéndola caer en el suelo. —No te vas a llevar nada de aquí, no te lo mereces. Desde hoy, estás sola en este mundo.Cerró la puerta dejándola tirada sobre la acera, desamparada y sin ningún centavo en su bolsa.Bien decían que habían peores destinos que la muerte, la vida podía ser lo bastante dura como para desear morir. Porque eso es lo que deseaba Ciara, morir y no sufrir lo que se le avecinaba.Cinco años después…Ciara Mi vida ha sido una constante montaña rusa, llena de subidas y bajadas, me he sentido tanto en el cielo como en el infierno. He llorado a mares, he sufrido como nunca lo pensé pero también he reído como nunca y soy feliz, ahora lo soy. Todavía lucho con mis traumas, pero poco a poco voy saliendo de ellas. Hace cinco años que decidí alejarme de lo que tanto me dañó, no volví a buscar a las personas que formaron parte de mi pasado y decidí enfocarme en lo que deparaba mi futuro. Estudié, trabajé y eduqué a mi hija en todo este tiempo, con mi marido apoyándome en cada paso que daba, comprendiéndome y siendo el compañero más leal y amoroso que podría haber deseado. Cada día sentía que lo amaba más, me demostró de tantas maneras que él también me correspondía de la misma manera, que cada palabra que salía de su boca era real. No habían mentiras en nuestra relación, un gran lazo nos unía y que era imposible de romper porque imagino trataba de dañarlo solo de fort
El llanto desconsolado de la niña estaba a punto de enloquecerlo, aclamaba el nombre de su madre mientras temblaba de miedo cuando aquel desconocido la había arrebatado de los brazos de la niñera, quien ahora se encontraba en el hospital por el fuerte golpe en la cabeza que recibió con el mango de la pistola. El hombre se llevó las manos a la cabeza arrepentido de lo que había hecho, por haberse dejado llevar por los celos y la necesidad de saber si la hija de su ex era suya. Pero bastó tenerla cerca para confirmarlo, compartían muchos rasgos que era indiscutible su paternidad. «¿Qué es lo que he hecho?» aquella pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza, nunca quiso ser parte de aquello y seguía siendo así. Pero los celos enfermizos que sintió al ver a Ciara ser feliz al lado de aquel hombre lo volvió loco, ver de primera mano lo que había hecho Aksel Lambsdorff por defenderla simplemente no pudo con la envidia y los celos. Durante aquellos años nunca le importó saber de Ciar
Aksel Llegamos a casa de mi madre para recoger a Elanna, hasta entonces me di cuenta de las llamadas perdidas que tenía de todos ellos seguramente para saber si había encontrado a Ciara. Pero el que estuviera una patrulla frente a casa activó las alarmas de mi cabeza y me apresuré a entrar con Ciara siguiéndome el paso. Escuché las voces en el sala, mi madre parecía estar llorando mientras una nerviosa Amy hablaba con uno de los oficiales, mi padre hablaba con otro de ellos con la preocupación plasmada en su rostro. —¿Qué ha pasado? —pregunté viendo a mi padre y este tragó grueso antes de acercarse a nosotros. —¿Elanna? —preguntó Ciara a mi madre y cuando está soltó un llanto sentí que el mundo se nos vino encima —¿Mi hija... dónde está? —Ciara... ella... —trató de decir Amy pero su voz se ahogó y no pudo continuar. —No lo sabemos, alguien... entró a casa y se la llevó, Aksel. El grito desgarrador que soltó Ciara nos estremeció a todo, sus rodillas se doblaron y me moví con rap
Aksel Chasqueó sus labios y pasó a mi lado hasta detenerse en el umbral de la puerta y mirarme sobre su hombro. No había ni un rastro del dolor y el resentimiento que vi hace unos momentos, supe lo que estaba haciendo y me lo confirmó cuando escuché lo que quería. —No vas a quitarme nada, volverás a mover tus contactos para que recupere el lugar que me estaba haciendo en Hollywood. Me lo debes, Aksel. Sonreí con ironía y negué con mi cabeza. No, a ella esto ya no le dolía, sólo utilizaba el dolor que en un momento vivió para manipularme y hacerme retractar en mis decisiones.—No haré nada —su mirada se volvió sombría —las cosas no cambiaran, pagaras a mi empresa por la mierda que soltaste. —Me lo debes... —No te debo nada, te di muchas propiedades cuando nos divorciamos y no voy a ceder nada ahora que no te mereces nada. Tu misma decidiste esto, pusiste seguir hablando lo que se te viniera en gana de mí pero fallaste al hablar mentiras y defraudar la empresa de mi familia. Tampoc
Ciara "Se ha visto al empresario Aksel Lambsdorff entrando a una habitación junto con Isla Spencer" decía otra nota que aumentaba el tamaño del nudo de mi garganta. "¿Todo el escándalo para nada? Parece ser que la antigua pareja ha limado asperezas y han vuelto a ser la feliz pareja de años anteriores" Más y más notas amarillistas, pero no por eso dejaba de sentir algo feo en mi pecho. «¿Por qué no me lo dijo?» confiaba en él y sabía que nada había pasado entre ellos, pero me dolía que no hubiese tenido el valor de decírmelo anoche o ahora por la mañana que hablamos.Mi corazón no dejaba de martillar, sin ser plenamente consciente de lo que hice le devolví el teléfono a la señora April y sin decir ni una sola palabra me devolví, pasando de largo de la camioneta y emprendiendo la caminata fuera de la residencial. —Señorita Ciara, suba al auto por favor —me pidió Flavio alcanzándome al estar unas casas más adelante. —Déjeme, señor Flavio. Quiero estar sola y no quiero que nadie me
Ciara Después de un largo momento sin querer apartarme de él logré tranquilizarme, a la vista de cualquiera mi reacción parecería exagerada, pero sólo yo sabía cuánto me había dolido que me dieran la espalda, comprendía su enojo pero jamás que me desecharan como si fuera cualquier persona. Era su única hija pero a ellos eso no les importó.—¿Amber? ¿Se fue? Él sacó el móvil de su bolsillo para llamar a Maria y preguntarle sobre mi amiga, quien al parecer seguía en cada preocupada por mi estado. —Dile que suba, yo... quiero hablar con ella. Aksel asintió pidiéndole a Maria que le dijera que subiera a mi habitación, le pedí que nos dejara a solas y él prometió estar al pendiente. —Pasa —le pedí cuando se asomó por la puerta y palmee el puesto a mi lado, mordí mi labio inferior y retorcí mis manos con los nervios a flor de piel. —¿Estás bien? —Si —traté de sonreír pero en su lugar salió una mueca —mi vida después que ellos me corrieron de casa fue demasiado difícil, te conté una p
Último capítulo