63 - Puedo ser peor.
ARTURO BRUSQUETTI.
— Cuéntame todo lo que sabes — ordeno, a uno de mis hombres —. Necesito saber dónde se metió Smith. Es el único que puede ayudarme aquí, pese a las circunstancias.
— Ya lo hemos encontrado. Y, efectivamente, su hermano ha dado con el paradero de la señora Bacab, y la seguridad ha aumentado por cualquier eventualidad. — La molestia era notable en mi rostro, pues, de igual forma nos ha encontrado.
— No me siento cómodo — confieso. La puerta se abre, dado paso al señor Smith, en un estado deplorable, completamente diferente al hombre altanero que conocí.
— ¿Me has mandado a buscar? — inquiere, con la misma arrogancia de siempre.
— Me alegra saber que no has perdido el toque. Te necesito aquí — explico —. No preguntes demasiado, porque me cuesta demasiado responder.
— ¿Qué necesitas de mí?
— Quiero que te hagas cargo de la empresa, mientras la señora Bacab se encuentra ausente. Estará siempre pendiente, pero no podrá hacer oficina — Su ceño se frunce —. Buscaría a otra