69.
La explosión fue fuerte; sacudió todos los vidrios de la empresa. Nicolás se puso de pie y corrió hacia la ventana, pero Kevin lo tomó por el brazo.
— No deberías asomarte a la ventana de esa forma. Tal vez sea un atentado.
De todas formas, Nicolás ignoró la advertencia y se inclinó levemente hacia el borde de la ventana.
— Un auto explotó — dijo.
Yo estaba ahí, paralizada. Kevin volteó a mirarme. Sabía que era una oportunidad, sabía que no podía desaprovechar el momento. Así que tenía que hacerlo. Me puse de pie y fingí mirar una alerta en mi celular.
— Mis esquema de seguridad me está esperando abajo. Tenemos que posponer esta reunión para después.
Pero Nicolás negó.
— Aquí en la empresa estás a salvo.
— No importa. Me voy a ir — dije entonces, poniéndome de pie y a punto de salir.
Nicolás recortó la distancia que nos separaba, llegó conmigo y me tomó por el hombro.
— Yo te acompaño hasta abajo.
— No es necesario.
— Es mejor que salgamos de aquí — dijo Kevin, tomando por la