Capítulo 48. La Ruptura: Alejandro.
El eco de la puerta al cerrarse resonó en el amplio salón de mi apartamento, dejando atrás el aroma fresco de Valentina y la amarga sentencia de sus palabras: "No pienso seguir con esto. Por favor, no me busques más." Mi mundo, que ya se tambaleaba, se desplomó por completo. La rabia, el dolor y una desesperación fría se apoderaron de mí. ¿"No seguir"? ¿"No buscarla"? ¡Imposible! Ella era el aire que respiraba, la única verdad en la farsa que era mi vida.
La pregunta que había logrado articular, "¿Por qué?", seguía flotando en el aire, sin respuesta, o al menos no una que pudiera aceptar. Su mención del "duelo de perder a su madre" y "el duelo de saber que el amor de su vida se casará en pocas semanas, me golpeó con la fuerza de un puñetazo en el estómago. La brutalidad de mi propia realidad, expuesta por ella, me dejó sin aliento. Ella lo sabía. Sabía de la alianza, del hijo, del tiempo que me exigía mi apellido. Y yo… yo era el único culpable de esa agonía.
No podía perderla. No a e