Capítulo 36
Ginebra
¡Una semana! Solo una semana había transcurrido desde que las cosas por fin parecían estar en calma. Una sola semana en la que todo parecía ir bien, donde la vida sonreía sin escondites, pero como suele suceder. La vida no permite que la calma dure demasiado. Siempre, de una manera u otra, tiene una forma muy cruel de arruinar la paz y la tranquilidad de todos.
¿Quieren saber qué pasó ahora Y por qué estoy diciendo esto? Pues escuchen bien…
Hace apenas unas cuatro horas aproximadamente, mis amigas y yo estábamos entrando tranquilamente a la universidad, acompañadas de nuestros novios, riendo como siempre, disfrutando del simple hecho de estar juntos cuándo de pronto. Una interrupción lo echó todo a perder, la secretaria del campus se acercó con una expresión urgente y dirigió la mirada directamente hacia Romina. Esta nos informó que su presencia era requerida inmediatamente en la dirección y de inmediato nos detuvimos en seco.
Todos intercambiamos miradas silencios