Capítulo 34
Max
Cuando vi a Cristal frente a nosotros después de tanto tiempo, me costó creer que ella fuera la misma chica con la que alguna vez estudié y me llevaba bien. La mujer que tenía delante no parecía ni una sombra de quien creí conocer y todo después de escuchar la historia de Romina. ¿Cómo alguien podía ser capaz de hacer sufrir tanto a su propia sangre? No lo entiendo.
Al principio, cuando supe que Romina estuvo involucrada en el plan que involucró a Adrián y Pablo, no pude evitar sentirme bastante confundido. Incluso dudé de sus verdaderas intenciones por un momento, pero luego, cuando se sinceró y nos abrió su corazón contando con crudeza todo lo que había tenido que atravesar en su vida, comprendí que sus palabras no escondían mentira alguna. Había algo genuino en ella, algo dolorosamente real, y decidí apoyarla en todo.
Ahora, mientras Cristal nos observa, alternando su mirada entre Ginebra y yo, noto algo extraño en sus ojos. Es una sensación que no puedo explicar de