Capítulo 29
Max
Decir que soy el hombre más feliz sobre la faz de la tierra, es decir poco. Al fin le había dicho a Ginebra todo lo que siento por ella y gracias Dios ella no me rechazo como lo hice yo aquella vez. Ella podría haberlo hecho solo por venganza y en vez de eso prefirió el amor antes que la guerra.
En el momento en el que nos besamos con tanta ternura fue como si viajara a otra dimensión entre sus brazos y cuando se sentó en mis piernas, casi todos mi autocontrol se fue a la basura. Nunca había tenido la oportunidad de acariciar bien la suavidad de su piel a excepción de lo ocurrido en mi oficina y cuando la bese en aquella fiesta no se compara con esto
Compartiendo este contacto, pero que nos envuelve a ambos, su cuerpo me hace sentir como toda ella reacciona ante mí. Sin embargo, cuando quise controlar mi instinto para no pasarme de la raya; Ginebra derrumbó mis muros al mencionar que deseaba ser mía. Eso hizo que la excitación subiera al máximo y las sensaciones se inc