Capítulo 31
Ginebra
Dos semanas después
Han pasado dos semanas desde aquella noche intensa en el yate con Max. Catorce días cargados de emociones, de momentos íntimos y muchas risas compartidas. Pero, para no hacerles un cuento largo, comenzaré por el punto más interesante: la sonrisa maliciosa de Romina.
Esa noche, justo después de que Max y yo nos besáramos, Romina se acercó con paso firme, como si todo le perteneciera. Y en parte, así fue. Con total naturalidad, nos confesó que ella había orquestado todo desde el principio. Dijo que conocía a Adrián y Pablo desde hacía años, y que por eso aceptaron ayudarla sin dudar. También le dejó claro a Max que se había dado cuenta de que su interés por ella era falso, porque desde aquel beso conmigo, él no hacía más que buscarme. Max, un poco avergonzado, lo aceptó y le pidió disculpas sinceramente por todo lo que había sucedido. También le pidió perdón a Adrián por haberlo golpeado, pues después de entender cómo ocurrieron las cosas, se sint