SOFÍA
Luke me deja en el rancho con instrucciones claras: descansar antes de nuestra guardia nocturna. Pero en cuanto su coche patrulla desaparece en la distancia, mi cerebro empieza a dar vueltas. ¿Descansar? ¿Cómo se supone
que voy a descansar después de todo lo que ha pasado?
Antes de darme cuenta, mis pies me llevan hacia el establo. Necesito
hablar con alguien o voy a explotar, y ese alguien tiene que ser Megan.
La encuentro inclinada sobre un pequeño bulto de pelo, murmurando palabras suaves. Al acercarme, veo que es un cabrito recién nacido, todo patas largas y ojos enormes.
—¡Sofía! —exclama Megan al verme, una sonrisa pícara en su rostro—.Pensé que estarías escondida en tu habitación después de tu pequeña aventura nocturna.
Me dejo caer en un montón de heno cercano, soltando un gemido.
—Oh, Dios mío, ¿Luke te lo contó?
Megan asiente, su sonrisa ahora una mezcla de diversión y simpatía.
—Me llamó completamente en pánico. Creo que temía que te hubieras hecho daño o al