153. Una noche italiana #1
El sonido de mis tacones sobre los adoquines se mezcla con el ir y venir de pasos ajenos que me rodean. Cada taconazo que doy retumba en mi pecho como si el eco viniera desde dentro. Giovanni no se mueve al principio, pero cuando me acerco lo suficiente, se pone de pie.
Y por un segundo, no reconozco al hombre frente a mí.
No porque no sea él, sino porque ya no es el hombre que una vez amé. Su cuerpo ha cambiado. Es más imponente, con una musculatura marcada que se adivina bajo la tela de su camisa arremangada. Sus brazos firmes, tensos, como si cada fibra estuviera lista para estallar. Pero lo que más impacta es la piel: tatuajes oscuros cubren sus brazos por completo, avanzando como raíces envenenadas hasta invadirle incluso los dedos. No hay duda. Giovanni ha dejado de ser solo un hombre. Ahora parece una advertencia vestida de sonrisa.
Frente a mí tengo a un demonio salido de otro mundo, uno que juré no pisar. Y sin embargo…, aquí está, frente a la puerta de mi mundo actual, e