152. Un almuerzo entre confidencias
—No, Yonel —respondo, sin dejar lugar a duda en mi tono—. No pienso aceptar ese tipo de trato.
Su sonrisa maliciosa apenas se desvanece. Parece disfrutar viéndome tensa, incómoda.
Respiro hondo, cuento hasta tres en silencio. No puedo perder la calma. No con alguien como él. Si me dejo arrastrar por la ira, le daré lo que quiere: el placer de verme derrotada.
Enderezo la espalda, cruzo las piernas y lo miro con firmeza.
—Escúchame. Este proyecto no es solo un capricho mío. Es una propuesta que traerá beneficios a todos…, incluyéndote.
Yonel arquea una ceja, divertido.
—¿A mí?
—Sí —insisto—. ¿No te das cuenta? Si NatureHub se implementa, tu área tendrá el control de la materia prima más limpia, más rentable. Serás el director que hizo posible el cambio ecológico de Hikari’s Factory. El que modernizó el corazón de la fábrica.
Él no responde. Juega con un bolígrafo entre los dedos, disfrutando de mi intento.
Sigo. No puedo detenerme ahora.
—Todos están a favor: Grayish, Deynna,