Pensando en el accidente automovilístico de mis padres, que ocurrió hace más de diez años, me burlé a carcajadas. — ¿Es necesario?
—Si hay alguna situación, puedo contactarte — me respondió.
¿Qué situación podría haber ocurrido después de tanto tiempo del accidente? Aun así, dejé mi número de teléfono como me lo pidió y me marché tan pronto como pude del lugar.
Con el certificado de fallecimiento en la mano, solo me faltaba el certificado de cremación, solo podía buscar a Gabriel, pero él estaba enfermo, así que fui a buscar a Alicia.
—Sara, ¿qué haces aquí? — Alicia se sorprendió más que alegrarse al verme.
—Señora, vine por algo, entremos a hablar — no sé si fue por el ajetreo de Mariana últimamente, o por mi menstruación, pero hoy me sentía demasiado débil y mareada.
—Oh, de acuerdo, eh… vamos a sentarnos en el comedor, hace calor aquí adentro — dijo Alicia mientras me tomaba del brazo.
Fui sin pensarlo dos veces, ella ya había llamado a la criada. —Trae la fruta y la sopa nutritiva