Capítulo 280
Me tensé. ¡Rayos! ¿No estaría pensando en hacerlo otra vez?

Vaya con la carne que llama... ¡a decir verdad sí que somos esclavos de nuestros deseos!

Y cuando pruebas el fruto prohibido, ya no hay vuelta atrás - es como una adicción.

Hasta el más estirado y soberbio cae rendido ante estas tentaciones. Ahora entiendo por qué en todas las historias los dioses acaban sucumbiendo a las pasiones terrenales.

Al final, por mucho que nos creamos superiores o civilizados, el amor y el deseo son nuestra mayor vulnerabilidad - ese punto débil que nos hace humanos, demasiado humanos.

Mientras Sergio me besaba apasionadamente, mi mente divagaba.

Hasta que un suave mordisco en mis labios me devolvió a la realidad. Sergio ya me había recostado en la cama y se cernía sobre mí.

Sus ojos brillaban con deseo, su nuez de Adán se movía seductoramente, sus brazos musculosos me aprisionaban a ambos lados.

Era una tentación viviente, y mi cuerpo respondía con sensaciones que se sentían muy bien para decir la v
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App