60. Pov Niki
El agua tibia caía sobre mi piel, resbalando por mis hombros y diluyendo el cansancio del día. Cerré los ojos, dejando que el vapor me envolviera como si pudiera borrar todo lo que sentía.
Pero no lo hacía.
Nada podía hacerlo.
Cada gota parecía recordarme la voz de Dan, su mirada cuando me dijo que podía irse si yo lo deseaba. Esa frase me había perseguido desde que subí las escaleras. Si lo deseas puedo irme.
No lo deseaba.
No lo había querido en ningún momento.
Y sin embargo, lo había dejado decirlo, como si no me importara.
Apoyé la frente contra los azulejos fríos y respiré hondo. La verdad era que me importaba más de lo que quería admitir. Desde que había llegado, Dan se había convertido en algo más que un simple apoyo, más que el niñero que me ayudaba con Anne. Era... presencia. Refugio. Silencio donde todo lo demás era ruido.
Y eso me asustaba.
Cerré la canilla y tomé la toalla. Me sequé despacio, intentando concentrarme en lo simple: el roce de la tela, el vapor que empa