DEVAN
Me pongo los pantalones y la camiseta a toda prisa. El corazón me late con fuerza mientras me acerco a la ventana. Sin pensarlo dos veces, tomo impulso y salto. Mis genes lupinos hacen el resto. El viento choca contra mi rostro y la adrenalina me recorre entero. Jaxx se remueve inquieto dentro de mí, como si también disfrutara la libertad. Corro por las calles, esquivando autos y personas, hasta llegar a casa. Apenas abro la puerta, los escucho. Zoren y papá ya están charlando en el comedor, como si no pasara nada. -"Están muy metidos en el tema de seguridad otra vez... "-murmuro para mí mientras paso junto a ellos. Zoren, por supuesto, es el orgullo de papá. Siempre lo ha sido. Inteligente, responsable, el primero en todo. Yo... bueno, yo hago lo que puedo. Y ahora estamos comprometidos con las plataformas y los nuevos esquemas de seguridad de la manada. Responsabilidades de sangre. Los días pasan entre entrenamientos, trabajo y clases. Nada del otro mundo. Pero hoy... hoy es distinto. Tengo una cita con Dayan. Bueno, ella dice que es para estudiar, pero yo sé que es mucho más que eso. Me encanta cuando se hace la aplicada. Sentados en su cuarto, ella intenta explicarme cálculo aritmético, pero su blusa me distrae demasiado. Paso mis manos por debajo, le beso el cuello, y cuando sus pechos quedan expuestos, los acaricio con la boca como si pudiera resolver la vida en sus curvas. La matemática avanzada y los algoritmos... los practicamos después, entre gemidos y sudor. Nos fundimos. Literalmente. Ya en casa, agotado, recuerdo que mañana es viernes. Y tenemos asuntos importantes con la manada. El día llega más rápido de lo que esperaba. Estoy terminando unos ajustes técnicos en el equipo que presentaremos en la reunión de líderes. Zoren está en modo estratega, como siempre. Todo debe salir perfecto. La casa está más inquieta de lo habitual, ya han llegado algunos alfas y sus comitivas. Pero de repente... el aire cambia. Se vuelve denso. Pesado. Algo se siente mal. Jaxx se tensa dentro de mí. -Esto es extraño... nunca lo había sentido así. Ten cuidado. -me advierte. -Debe ser el Alfa Logan -le respondo, aunque yo también tengo los pelos de punta. Todos dejamos lo que estamos haciendo. Es costumbre recibir al líder con respeto. Salimos al patio principal. Un lujoso auto negro se detiene frente a la entrada. Logan baja con esa energía imponente que le caracteriza. Pero no es eso lo que nos deja sin aliento. "Es ella". Una loba, baja del auto con una elegancia salvaje. Hermosa no le hace justicia. Tiene el cabello corto y rebelde, los ojos entre amarillo y verde, y un rostro lleno de pecas que no ocultan su fuerza. Su cuerpo es una escultura viva. Poderosa, firme, con un aura que hace temblar hasta a los veteranos. Me quedo congelado. -¿Quién es esa diosa? -le pregunto a Zoren, silbando entre dientes. -Shhh... -Zoren me responde con seriedad-. Esa belleza es la hija del Alfa. Nuestra próxi... Pero no alcanzo a terminar. Ella ya nos vio. Y se acerca directo hacia nosotros. -¡Cállate, imbécil! -gruñe Zoren entre dientes, como si pudiera detener lo que está por suceder. Y entonces lo impensable ocurre. Se para justo frente a mí. Mi lobo ruge, como nunca antes. -Mate... ella es nuestra compañera -susurra Jaxx, atónito. Pero ella solo nos mira con una ceja arqueada y una sonrisa peligrosa. -Ni lo piensen, par de idiotas. Y se va, como si no acabara de volarnos el mundo. ¡Ja, lo que me faltaba! -Un par de putos -dice ella. Lo dice alto, claro... y con desprecio. Me quedo helado. ¿¡Putos!? ¡¿Acaba de decirnos putos!? -¿Tú la escuchaste...? -le pregunto a Zoren, sin mirarlo, aún procesando la bomba. Jaxx gruñe ofendido, como si alguien hubiera pateado su ego con botas de hierro. Pero no es eso lo que me remata... es la forma en que frunce la nariz al pasar junto a nosotros, como si algo le molestara. ¿Será que olió a Dayan? ¿O a Sandra de antes de ayer...? M****a. Pero lo peor... lo jodidamente peor... es que Zoren también se huele. Lo veo hacer exactamente lo mismo: se lleva la muñeca a la nariz, discreto, y maldice en voz baja. ¡No! No, no, no. Esperen... Esperen. ¿Dijo par? "Un par de putos"... Mi mente va lento, como si el mundo se estuviera derritiendo en cámara lenta. -No... -susurro mientras lo miro-. ¡Zoren! Él me mira. No dice nada. -Dime que no. Dime que esa diosa infernal que acaba de llamarnos así es mía. Solo mía. Por favor. Le suplico. Literal. No me da vergüenza. Esto es una emergencia. Pero sus orbes azules se dilatan, y no responde. Su mandíbula se tensa, su pecho sube y baja rápido. El silencio lo delata. Está igual que yo. Tyler, se extremece. Me mira a mí. Traga saliva. M****a. No puede ser. Los dos. Somos los dos sus compañeros. Llevan toda la maldita tarde encerrados en el Salón Especial para Alfas. Y claro, ella está ahí. ¿Cómo no? Es una Alfa. De las de verdad. Con rango, con presencia, con esa energía que hace que Jaxx se acueste de espaldas sin chistar. Termino mis tareas y noto que Zoren está inquieto, ansioso. Trabaja rápido, como si necesitara escapar de ahí cuanto antes. Yo también quiero salir. Pero, como era de esperarse, mañana tenemos más trabajo. Cuando finalmente cae la noche, volvemos a casa. Estoy cansado... pero relajado. Al menos lo intento. Esto es... increíble. Siempre pensé que cuando encontrara a mi compañera, sería mágico. Que el universo me sonreiría. Que la amaría sin dudar. Pero compartirla... ¿con mi hermano? ¡Guau! Y no solo eso... es una Alfa. Superior a mí en todo. Yo esperaba a una omega, o una chica común. Alguna de las que me miran con ojos soñadores en los entrenamientos. Pero no. El destino se rió en mi cara. Imagino que Zoren debe estar peor. Con lo mandón y controlador que es... tener una compañera Alfa debe estar retorciéndole el alma. Decido no salir y dormir. Necesito despejar la cabeza. Llega el sábado. ¡Nuestra famosa fiesta! Invité a Katy. Es simpática, divertida, y me ayudará a aparentar que todo va bien. Me pongo mi mejor ropa: pantalones elegantes, zapatos recién lustrados, camisa blanca. Me veo jodidamente guapo. No es por nada, pero tengo buenos genes. Rubio, ojos azules, cuerpo fornido, fuerte. No soy un guerrero como los de élite, pero me mantengo en forma. Un Adonis moderno, versión lobo. Llegamos al salón de eventos. Todo está impecable. Nuestro trabajo luce de lujo. Zoren llega de la mano de Amalia. Ella sonríe mucho, pero él... tiene la mirada perdida. Sé que piensa en ella. Igual que yo. Aunque, si me pongo a recordar lo que nos dijo ayer, no hay duda: nos va a rechazar. Dijo "ni lo piensen". Con desprecio. Como si fuéramos polvo en sus botas. ¿Nos puede rechazar? ¿Cómo funcionará eso? ¿Y si ya tiene a alguien? ¿Un Alfa joven, poderoso, de su nivel? No la vi más desde la tarde anterior... pero entonces llega. Y mi mundo se cae de nuevo. No viene con su chaqueta de guerra ni sus botas de cuero. Hoy parece otra. Viene con un vestido largo, beis, elegante, con tacones que realzan su figura. Su aroma... su aroma es un maldito veneno dulce. Jaxx se revuelca, ansioso por salir. Quiere correr hacia ella. Quiero correr hacia ella. Pero no podemos. Ella no lo permitirá. Es un Alfa. Nosotros... apenas descendientes Beta. Ni siquiera Betas plenos. La fiesta avanza. Ella apenas bebe. Apenas habla. Pero observa. Baila con un par de Alfas. Sonríe, aunque mantiene esa tensión dominante que hace que todos le guarden una distancia prudente. Una chiquilla... eso es lo que parece. No sé cuántos años tiene, pero su loba es fuerte. Muy fuerte. Más que Jaxx. Más que cualquiera que haya visto. Ha intentado doblegarla. Lo sé. Lo ha intentado. Y ha terminado mordiéndose el orgullo. Imagíname a mí... La miro. Y Zoren también la mira. Los dos estamos atrapados en un juego sin reglas. Ni siquiera sabemos su nombre. Solo sabemos que nos pertenece. O debió pertenecernos. La fiesta termina. El ambiente se relaja. Pero justo cuando estamos por irnos, dos guardias reales se nos acercan. -Daven y Zoren Old Growht , el despacho real los requiere. ¿Qué...? Mi padre se da cuenta de inmediato y se une a nosotros. Lo seguimos. El despacho está lleno de tensión. Y de poder. Al entrar, veo al Alfa Rayan. Junto su hijo el Alfa Leon. Y el mismísimo Alfa Logan. Trago saliva. ¿Esto es real? -Así que estos son los famosos gemelos -dice Logan, con esa voz imponente que hace eco en el pecho-. Los increíbles protectores de Luna Serena. Tengo referencias muy buenas de ustedes. Hace una pausa. Nos mira fijamente. -¿Les interesaría una oferta? Silencio. -Una oferta para proteger... Vydeon... ─────────────────