ZOREN
Por fin.Las malditas puertas de este infierno se abren.El guardia me lanza una mirada apática, ni siquiera se molesta en fingir respeto.—Largo.Eso es todo.Ni una disculpa, ni una advertencia.Ya cumplí las setenta y dos malditas horas bajo tierra como un perro rabioso.La maldita Alfa Supremo solo me alimentó una vez… por lástima, por juego, por poder. Por Devan y sabrá que hizo para lograrlo."Eso me inquieta".Lo único que sé, es que mi estómago ruge de hambre, mis huesos duelen y mi orgullo… está hecho trizas.Camino con la espalda recta.Ni un gesto. Ni una queja.No le daré el placer de verme roto.Subo a mi habitación, me doy una ducha larga "lo más cercana a un renacimiento" y luego bajo al comedor.Como hasta que el hambre deja de doler.Luego, simplemente…Vuelvo a mi rutina.La universidad.Las clases.Pretender que soy un