En el bufete todos estaban contrariados y asustados, ya habían visto que Elizabeth no se andaba con juegos, incluso se había enfrentado al propio Harper y había puesto en su sitio a Amaranta. Alice y Williams no tardaron en ir a la sala de conferencia para felicitarla por la forma en que había tomado el mando, en ese momento David salía de la sala de conferencia.
—Gracias a Dios, ya no sabía qué hacer para sacar a David de aquí, creo que mi temperatura está bajo cero, esto va a hacer más difícil de lo que pensé trabajar con él, será un reto, ese hombre aún hace que mi cuerpo tiemble de una forma indescriptible.
—Hay Elizabeth, mi primo y tú jamás podrán olvidar la historia que tuvieron, ni con todos los matrimonios del mundo, son el uno para el otro, pero son demasiado tontos para admitirlo.
—Ese es el problema Alice que tu primo ya lo admitió, pero yo vine aquí por una razón y esa razón es sacar a flote esta firma, así que no hablemos más de lo que pudo y no fue entre tu primo y yo.