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LA MUJER DE LA NOCHE - III

⚠️ADVERTENCIA⚠️

EL SIGUIENTE CAPÍTULO CONTIENE LENGUAJE EXPLÍCITO, ESCENAS SEXUALES Y DE VIOLENCIA QUE DEBEN SER LEÍDOS POR MAYORES DE 18 AÑOS. DE LO CONTRARIO DEBES LEER BAJO TU RESPONSABILIDAD. 

SIN NADA MÁS QUE AGREGAR, DISFRUTEN. 

EMMA DALTON 

VENECIA, ITALIA

EN ALGÚN CLUB NOCTURNO

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Lo que no sabe es que está ante Julissa Stanford, quién no se puede dar el lujo de revelarse ante un líder como Vasíliev, eso destruiría por completo mi plan y para ellos, tengo que ser, la bailarina exótica y dama de compañia, asustada, nerviosa, y que niega frenéticamente con la cabeza y empapando su rostro de lágrimas. 

— ¡Oiga, ya le dije que no pueden tocar a las….! — su voz se corta abruptamente cuando es lanzado al suelo a causa de una bala que colocan en su cuello. 

Esto se comienza a salir de control y lo que me aterra de todo esto es que me descubran, que se den cuenta que no soy una bailarina, si no que estoy infiltrada. 

— Es por este motivo que no me gusta tener mujerzuelas a mi alrededor cuando se habla de negocios — dice el Italiano — No sé sabe si estás perr4s son infiltradas de la mafia — siento la garganta seca con lo que dice y la manera en la que me escanea como si estuviera revelando alguna verdad en mí. 

Falsas lágrimas brotan de mis ojos y corren por mis mejillas. Vasíliev, es un hombre realmente pervertido y sin escrúpulos como todos los rusos. Tengo que salir de aquí, o terminaré colgada en el techo guindada en un gancho, como un animal. 

— Ahora mismo estoy imaginando la forma en cómo te verías sin uno de esos bonitos ojos azules — amenaza con su acento tan marcado, aquel que me eriza la piel — ¿Cómo te gustaría que lo hiciera? — inquiere con perversión — Me gustaría ponerlo en tu linda boca o quizás, introducirlo por alguno de tus otros orificios. 

Aprieta mucho más el agarre en mi cabello. La tentación de sacar la navaja y rebanar su cuello, cruza por mi cabeza, pero eso sería exponerme y además joderlo todo. No puedo hablar cuando su mano rodea mi cuello y la respiración se me atasca en la garganta cuando es él quién saca algo filoso de su pantorrilla que asumo es un cuchillo o navaja que va directo a mi iris. 

— L-lo siento… — no puedo explicar la forma en que mi garganta arde y la ira me quema por dentro al no poder llevar a cabo lo que pienso hacerle. Lentamente bajo la mano para buscar algo con que defenderme, pero en ese momento siento que una sombra se posiciona a mis espaldas y puedo ver como la mandíbula de Vasíliev se tensa. 

— ¿Jugando con la comida, ruso hijo de puta? — suena una voz extremadamente ronca, como si tuviera mucho tiempo sin hablar y me pone verdaderamente nerviosa de una manera diferente. 

— Miren a quién tenemos aquí — murmura sin soltarme — Il Diavolo — agrando los ojos con el sobrenombre que pronuncia Vasíliev — Estaba por disfrutar de una deliciosa comida — se saborea. 

— Sueltala, tenemos que hablar — ordena y el ruso no parece gustarle que otro le dé órdenes, pero debe confiar mucho en el hombre, para hacer lo que le pide y más sabiendo la forma en que le habla al Boss de la mafia rusa. 

Un rato después y de mala gana, el ruso me suelta y hace que me tambalee. Caigo de cul0 al suelo, y la sombra que anteriormente estaba detrás de mí, se mueve quedando frente de mi, donde solo puedo ver sus botas negras. Instintivamente elevo la mirada  y en cuanto mis ojos lo ven, todo dentro de mí comienza a temblar verdaderamente. Mi cabeza me da vueltas y me quedo sin aliento, creyendo que definitivamente he perdido la conciencia. 

Lleva puesta una camiseta negra, pantalones ajustados y mirada intensa, es demasiado alto, y calculo que es un metro noventa o un poco más. Es muy imponente, co el cabello negro alborotado y humedo como si acabara de tomar una ducha. Su mirada es desafiante y la tinta en su cuerpo le suma un aire bastante…. ¿demoníaco? 

— Lárgate de aquí si no quieres que yo mismo te mate — no aparta la mirada de mí y me encojo en mi sitio. 

Todavía sigo en el suelo, mirandolo desde abajo sintiéndome como un pequeño insecto al que acaba de amenazar con pisarlo y probablemente aplastarlo. Y debo decir que es la primera vez que siento miedo, un verdadero terror. ¿Qué me sucede? No puedo dejar que ningún hombre me ponga de está forma, así de nerviosa y descuidada. Ninguno me ha dejado sin voz como él lo ha hecho con unas simples palabras, arrodillada como si fuera una sumisa. 

¿Quién caraj0 es este hombre? 

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