Volveré. Aunque sea arrastrándome.
Renata Lennox-Spencer
Hay noticias que cambian el cuerpo. Que no se procesan con la mente, sino con la piel, con las manos temblorosas, con el corazón acelerado. Que te arrastran por dentro como un torrente inesperado, dejando una sola certeza…
Ya no soy la misma.
La mañana en que lo supe, había algo diferente en el aire. Una brisa extrañamente dulce. Una ligereza en mi pecho. Hasta el café me sabía distinto. Recuerdo que Marcos me lo sirvió con una de esas sonrisas que solo a mí me regalaba: ladeada, tímida, rota y perfecta.
—¿Estás bien? —me preguntó, al notar que no me lo bebía.
Asentí. Pero el temblor de mis manos me traicionó. Bajé la mirada.
—Renata…
—Creo que necesito que me lleves a la enfermería —dije en voz baja.
Él dejó la taza y se acercó de inmediato, preocupado.
—¿Qué sientes?
—Náuseas. Mareos. Estoy sensible. Lloré con un comercial de pañales…
Lo vi reír.
—No.
Asentí.
—Sí.
Nos miramos. Ninguno dijo nad