Punto de Quiebre
SEGUNDA PARTE
La miro como si me hubiera dado una bofetada. Me acerco y sin pensarlo ni nada la abrazo con desesperación. Tomo su rostro entre mis manos y la beso despacio, pero sin ocultar mis sentimientos, esos que no puedo dejar salir.
La abrazó a mi pecho y ella cierra sus bellos ojos. Mis latidos son frenéticos, no obstante toda la magia se esfuma porque una tos fingida se escucha a unos metros de nosotros.
Ambos abrimos los ojos y miramos quién es y nos damos cuenta de que mi madre y Renata están de pie en mi oficina, ambas sonríen en dirección a Isa.
Isa trata de zafarse de entre mis brazos, aun así, no la suelto, ya que más de ellas nos vieron y es solo cosa de horas para que toda la ciudad se entere, así que la beso en sus labios frente a ambas mujeres.
Pues debo decir, están más contentas, que quien está en mis brazos.
Mi madre tiene una sonrisa gigante que no se la podría borrar ni con una bofetada.
—Disculpen, niños, pero debemos hablar urgente. Rena me