El grupo de Mia avanzaba con cautela, con cada uno de sus pasos medido mientras las sombras del bosque parecían envolverlos. El Valle de las Sombras estaba a la vista, con el campamento de Tarvos iluminado por antorchas que arrojaban un resplandor inquietante. Tarvos permanecía cerca del círculo grabado en el suelo, todos sus movimientos eran calculados, pero cargados de confianza y un objetivo claro. Sus hombres de confianza lo rodeaban, con posturas tensas, como si estuvieran esperando lo inevitable.
Mia se detuvo detrás de un grupo de árboles grandes que les daba la cobertura suficiente, agachándose mientras observaban la escena frente a ellos. Deimos estaba a su lado, con los soldados estratégicamente colocados alrededor, listos para actuar en cuanto ella diera la señal.
—Ahí está. —Dijo Deimos en voz baja, señalando a Tarvos y la figura alta y oscura que se movía entre las sombras. —No hay duda. Aamon está aquí. —Confirmó mirando a Mia de reojo.
Mia apretó los labios, manteniendo