El salón principal del castillo se sentía vacío, pese a que algunos comandantes y soldados que estaban reunidos en él. La atmósfera estaba impregnada de un pesado silencio, roto solo por el sonido ocasional del viento golpeando las ventanas y el eco de los pasos de Liam y Lukas al entrar. Mia, estaba sentada en la cabecera de la mesa de estrategia, levantó la mirada al verlos llegar. Su postura era firme, pero el agotamiento se notaba en sus facciones.
Liam llevaba consigo un pergamino enrollado, mientras Lukas cargaba unos documentos marcados con anotaciones urgentes. Ambos tenían expresiones graves, reflejando la magnitud de los acontecimientos que estaban a punto de informar.
—Reina Mia —Comenzó Liam, con un tono solemne mientras se detenía frente a ella. —Hemos evaluado las pérdidas, y... lamentablemente no son buenas noticias.
Mia tomó aire profundamente, al tiempo en que enderezando su espalda preparándose para lo que venía.
—Dime todo. —Pidió enarcando una ceja, su voz era firm