Capítulo 41
Demonio Lobo
Esa noche, cuando Mia logró conciliar el sueño, de la nada, comenzó a escuchar unos ligeros susurros. Los susurros eran etéreos, como si el viento murmurara palabras que Amelia no lograba comprender del todo. Estaban cargados de una inquietud sombría, con un tono casi acusador: “Los demonios no se han rendido, están furiosos… se avecina la calamidad.” “Las acciones de Blood Moon han enfurecido a los demonios, tu manada está a punto de enfrentar su furia.” Las palabras parecían golpear las paredes de su subconsciente, insistentes, como un tambor que resuena antes de una batalla.
Amelia despertó de golpe, jadeando, mientras recordaba lo que había soñado. Su corazón latía con fuerza, como si estuviera escapando de algo más que un sueño. Se llevó las manos a la frente, apretando los ojos para borrar las imágenes. Pero el dolor de cabeza punzante parecía sellar cada detalle en su mente, como un eco persistente.
—No más. —Murmuró, apenas consciente de sus propias pa