Para Mia y Alanys las siguientes horas estuvieron llenas de discusiones sobre detalles, desde los invitados que debía asistir o ser excluidos, hasta la decoración y toda la paleta de colores que usarían. Mia se encargó de ayudar a Alanys con los preparativos, mientras que Lukas se ocupaba de que todo se desarrollara sin interrupciones.

—Quiero algo sencillo pero elegante. —Dijo Alanys mientras recorrían los pasillos del castillo. —Nada exagerado, pero tampoco demasiado simple y que pase desapercibido.

A esto, Mía solo escuchaba y asentía, repasando en su mente los lugares adecuados para la recepción después de la ceremonia.

—Podemos usar la plaza principal y decorar el espacio con luces y telas blancas. —Sugirió la pelirroja.

—Sí, me gusta la idea. —Respondió Alanys sonriendo de oreja a oreja.

Los tres entraron a la oficina de Alice donde los esperaba una mesa que Mia había mandado preparar con las muestras de flores de temporada, y Mia tomó un ramo de lilas que llamó su atención y se