Respire profundo cuando llegue a casa, tenia tantos sentimientos encontrados en estos momentos, estaba tan ansiosa.
Toque la puerta y espere a que alguien abriera, me limpie las palmas de las manos en la falda del vestido, ya que estaba sudando bastante feo.
La puerta se abrió poco a poco, la cabeza blanca de mi abuelo se asomo, él al verme abrió la puerta de par a par y salió casi corriendo, yo abrí los brazos para abrazarlo.
— Lore, cuanta falta me haces pequeña — Me dijo él llorando.
Yo lo apreté más a mi, quería estar así con él por más tiempo.
— Entremos — Le pedí a mi abuelo.
Él se separó y asintio con la cabeza.
Mi abuelo y yo entramos a la casa, yo me senté en el sofá desgastado que estaba allí y mire a mi abuelo, que me estaba mirando un poco extraño.
— ¿Pasa algo? — Le pregunté.
— Te ves tan hermosa — Yo le sonreí.
— ¿Como estás tú? quiero saber cómo va el tratamiento — Le pregunté.
Mi abuelo agachó la cabeza de inmediato.
Yo me levanté del sofá y camine a él.
— ¿que pasa? —