Hoy no me quería levantar, quería estar haciendo pereza todo el día, ni siquiera me quería bañar.
— Lorena el desayuno se va a enfriar — Me grito Octavio.
— No tengo hambre — Le grite de vuelta.
La puerta de mi habitación se abrió y entro Octavio.
— Tienes que comer, ese niño necesita nutrientes — Me recordó.
— Me lo como despues — Le dije y me di la vuelta.
— Lorena deja de saltarte las comidas, vas a bajar de peso y después el ginecólogo me va a mirar mal a mi — Me dijo.
Yo me senté en la cama y lo quede mirando.
— Es que hoy no quiero levantarme de la cama — Le dije.
— ¡Ok! Si la montaña no viene a Mahoma... — Me dijo y se fue.
Yo volví a acostarme y cerré los ojos para seguir durmiendo.
— Lorena te traje el desayuno — Me dijo Octavio.
Yo me queje y volví a sentarme en la cama.
— No tengo hambre — Le dije con algo de molestia.
— Pero el bebé si — Me dijo y se sentó en la cama entregándome el plato con huevos y unas tostadas.
— Ahora deja de quejarte y come de una vez, que hoy tengo