Eran las nueve de la noche y el aún no había llegado, ¿será que no iba a dormir aquí como me lo había dicho?
Me levanté de la cama y salí de la habitación, necesitaba un teléfono para poder llamarlo.
— ¿Señorita necesita algo? — Me preguntó una empleada.
— ¿Sabes el número de Donovan? Me urge llamarlo — Ella me miró como si no comprendiera mis palabras.
— Él señor Gross, está en la oficina, llegó hace una hora — Yo le di las gracias a la chica y fui a la oficina.
— ¿Por qué no llegaste a la habitación? — Le pregunté.
Donovan levantó la cabeza de unos documentos y me miró.
— ¿Desde cuando tengo que darte reporte de mi llegada? — Me preguntó él a mi.
— ¿No vas a responderme? — Me preguntó.
Yo no sabía que decir, tenía una enorme nudo en la garganta.
— Ve a dormir y deja de hacerme perder el tiempo — Me ordeno.
Yo me acerque a él y le quite los documentos que tenía en las mano, después los tire al suelo.
— Eres despreciable Donovan — Él se levantó y me miró de arriba a bajo.
— Eso lo sé