Llegué a casa, tenía un enorme nudo en la garganta, como le iba a decir a mi abuelo, que dentro de unos días tenía que irme, como le iba a decir a Noah.
— ¿Ya comiste cariño? — Me preguntó mi abuelo.
— Si. abuelo quiero decirte algo — Él se acercó a mí.
— He conseguido otro trabajo, me van a pagar más, y podré ayudarte con el tratamiento y también pagarle a Donovan — A mi abuelo se le iluminaron los ojos.
— ¿Esa es una buena noticia, dónde es? — Yo le sonreí un poco.
— Aún no me han dicho, pero creo que es fuera de nevada — Él nego con la cabeza de inmediato.
— No, tu no puedes irte, no conoces a nadie, ¿y quién te consiguió ese trabajo? — Me preguntó con preocupación.
— Una amiga del trabajo, me iré con ella, es lo mejor — Solo deseaba que el no preguntara más nada.
— ¿Noah lo sabe? — Me preguntó.
— No, pero estoy segura que el lo va a a entender — Mi abuelo empezó a negar con la cabeza, odiaba que esto fuera tan difícil.
— Si no me gusta te juro que regresaré, confía en mí, te llama