En el instante en que ambos miraron hacia donde Rafaela se encontraba, pudieron darse cuenta de que estaba dormida de una manera tan plácida. Parecía que no sentía culpa después de haberles echado una cubeta de agua fría encima. Cara dio un largo suspiro, y luego se aclaró la garganta.

—Dime una cosa, Bastiaan —por el tono de su voz era obvio que estaba muy dolida— ¿Te la follaste antes o después de contratarla para ser mi canguro?

Él parpadeó un par de veces porque aquella pregunta no se la esperaba.

—Lo ocurrido con Rafaela fue hace mucho tiempo —le contestó de manera sincera.

Y era cierto, su encuentro sexual se dio por exceso de alcohol. Fue una noche en que había visitado a Tito, el hermano mayor de Rafaela, en una de sus casas de campo en la Toscana. Ella había llegado de sorpresa y de juerga como siempre, se equivocó de habitación, él esperaba a otra persona.

Al amanecer ambos se dieron cuenta del error, aunque al parecer Rafaela le había engañado diciendo que no significab